jueves, 1 de mayo de 2008

No hay que pegar para enseñar


Muchos padres consideran, de manera equivocada, que es necesario un golpe para formar personas de bien. Pero, por el contrario, las famosas pelas y tundas que se les propinan a los niños cuando su comportamiento no es adecuado, les enseña que la violencia es una forma normal de relacionarse entre los seres humanos y por lo tanto estos niños, con mucha frecuencia, tendrán comportamientos violentos con las personas que los rodean.
Se sabe que el castigo físico puede ser efectivo a muy corto plazo para obligar a un niño a tener un comportamiento determinado, pero que a largo plazo no genera ningún beneficio, porque no los induce a realizar un juicio sobre la acción que motivó el castigo. Por esa razón, no va a modificar favorablemente a largo plazo la conducta. estas actitudes como consecuencia produce variedad de consecuencias como

No promueve respeto, sino desprecio.

-No promueve admiración, sino temor.

-No promueve deseos de enmendarse, sino de vengarse.

-No promueve colaboración, sino hostilidad.

-No forma personas amables y correctas, sino amargadas y violentas.

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